Feedback es una palabra inglesa que en el contexto de la animación significa pedir y recibir opiniones sobre tu trabajo.
Ya sea la audiencia en cine y televisión o jugadores en un videojuego, el público objetivo de nuestras animaciones será amplio y heterogéneo. Nuestro deber como animadores será que la totalidad de ese público entienda nuestro trabajo de forma cristalina, y la única forma de lograrlo con total seguridad es con el feedback.
Siempre tendremos el feedback de nuestros supervisors, que tienen que aprobar nuestro trabajo, pero antes de llegar a ese punto es recomendable pedirlo.
Desde el momento mismo de la concepción de la idea hemos de pedir opiniones sobre ella. La propia idea de la animación ha de ser entendible, es decir, las acciones que van a hacer nuestros personajes tienen que reflejar la idea que queremos transmitir al público. Parece una obviedad, pero es sorprendente cómo a veces lo que para nosotros es claro y simple puede ser incomprensible para otros.
Pediremos feedback durante cada estadio de la animación pero, ¿a quién? A cualquier persona. Tus supervisores, por supuesto, pero también tus compañeros, familiares o amigos. Como he comentado antes, nuestro público es heterogéneo y muy amplio, así que cualquier persona puede ser una muestra representativa del mismo y debe recibir bien el mensaje de nuestra animación. No es necesario que éstos sean profesionales para hacerlo. Si, por ejemplo, estás animando a un personaje caminando, cualquier persona podrá decirte si funciona bien o hay algún error en la animación, puesto que todos hemos visto a personas caminando. Sólo en el caso de no saber qué es lo que no funciona exactamente necesitaremos feedback más profesional.
Pero hay una razón primordial por la que necesitamos opiniones externas: la perspectiva. Los animadores podemos estar trabajando mucho tiempo en una misma animación, y esto desemboca en falta de objetividad. Muchas veces necesitaremos ver nuestro trabajo tras un descanso o al día siguiente para poder ver detalles que antes nos pasaban desapercibidos. Una opinión externa tiene automáticamente esa objetividad y distancia que nosotros no podemos tener.
Otra razón es que la opinión de otra persona nos puede aportar ideas y matices que no se nos habían ocurrido, enriqueciendo de esta forma nuestra animación.
Así que enseña tu trabajo desde el principio, a cuantas más personas puedas. Acepta críticas y no tengas miedo de que tu animación sufra cambios con respecto a tu idea original. Solo así tendrás la mejor animación posible.
Si no tenéis compañeros cerca puedes usar la web SyncSketch donde podrás subir tu vídeo y compartirlo con quien quieras; o YouAnimator, una red social de animadores basada únicamente en el feedback. Además, puedes dejarte caer por el grupo de Facebook Spanish Animators, una buena comunidad donde todos se ayudan.
Antonio Buch